Detrás de este restaurante ubicado en Pichilemu, región de O’Higgins, está el conocido sommelier Marcelo Pino, por lo que el maridaje tiene un rol protagónico dentro de su sabrosa propuesta.
Pareciera ser un rincón del sur de Chile, pues prima el verdor de una gran pradera y de algunos árboles aledaños, mientras a lo lejos se ven algunos caballos y pájaros volando en medio de un cielo azul coronado por un par de nubes, al tiempo que un cordero al palo se luce junto a una parrilla que no para de echar humo. Pero no. Ese es el spot con el que te recibe La Parrilla de Pino, ubicada en Pichilemu, región de O’Higgins.
En medio de ese paisaje, que escapa del tradicional polo gastronómico costero, está el restaurante del reconocido y premiado sommelier Marcelo Pino, que abrió en enero de 2023 para ofrecer una gran dupla: vinos y carnes a las brasas de variados tipos.
A esta parrilla de sabores, que se pueden disfrutar en este espacio donde prima la madera, las barricas y amplios ventanales para ver esa vasta pradera, se han sumado algunas pastas, preparación recurrente en varios lugares de este destino turístico, algunas opciones marinas y alternativas vegetarianas.
Los fuegos están comandados por Lucia Quilaqueo, oriunda de Chimbarongo, quien con destreza saca diversos cortes. Es así como se puede comenzar con unas mollejas crocantes por fuera y suaves por dentro, unos sabrosos chunchule, unas sazonadas y elegantes prietas provenientes de Curicó y unas especiadas longanizas, un set que se puede disfrutar por separado o todos juntos en un contundente mix de interiores.
En los fondos, hay diversos cortes de carne como filete, lomo liso, asado de tira, punta de ganso y un buen lomo vetado que aparece en su punto, jugoso y con una leve costra por fuera, acompañado de unas buenas papas a la provenzal, con aceite de ajo y perejil.
Pero no todo es a la parrilla, ya que también hay una pesca del día, una milanesa de ternera napolitana y dos opciones de pastas, una vegetariana y otra que consiste en unos Sorrentinos de Jaiba, una tersa pasta realizada en el lugar que sirve de cobertura de un enjundioso molusco de la zona que se complementa con salsa de tomate, una dosis de queso crema, que suaviza y le da un toque lácteo.
En los postres hay diversas opciones, todas vegetarianas, aunque un trío es libre de gluten. La única que es vegana es la que justamente tiene un poco de parrilla, ya que se trata de una piña caramelizada, que primero fue asada y luego puesta al vacío con miel, canela y azúcar rubia, que va con tierra de nueces y un buen helado de plátano y maqui, de la zona, que se complementa de buena manera para hacer un juego de sabores.
Si se trata del maridaje, viña Casa Silva tiene un sitial importante, pero también se encuentran otros exponentes como es Montes, Veramonte, PS Garcia, Carmen, Santa Rita y Valdivieso con su Caballo Loco. Es así como existen algunos vinos por copa, además de botellas de Sauvignon Blanc, Chardonnay, Riesling, Rosados, Pinot Noit, Syrah, Merlot, Carmenere, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Malbec, Petit Verdot y ensamblajes. A esto se suma Late Harvest y un par de Oportos.
Sin embargo, también hay opciones sin alcohol, cervezas -como Viejo Lobo, que es de Punta de Lobos-, destilados y coctelería clásica, donde no podía faltar el Pisco Sour, el Aperol Spritz y el Negroni.
Tanto por sus sabores como por su entorno, La Parrilla de Pino es un lugar abierto para diversos eventos, aunque este proyecto cuenta con una oferta propia, pues dos veces al mes realizan catas a ciegas temáticas, además de otros eventos, como cenas maridajes, por lo que hay que estar atentos a sus redes o ser parte de su comunidad, lo que se transforma en un plus.
Fuente: We are Lunch